Hoy se abre un nuevo capitulo de Susurros tras varios años en blanco. Con aparentemente más vida, una redescubre que las crisis siguen siendo crisis siempre, se tengan los años que se tengan y se atesore la experiencia que se atesore. Eso si con ciertos destellos de la serenidad que confiere el haber “fabricado” en el tiempo tu propio nucleo y apoyandote en él.
En esta nueva etapa voy a escribir sobre los temas que me inquietan más en esta etapa de mi vida, como la soledad, la incertidumbre a cerca del destino, el propio camino, el amor y la vida.
Pero antes de empezar, permitidme que os reescriba unas lineas, un poema que he encontrado hoy y que me ha impactado, su autor: William Earnest Henley
Mas allá de la noche que me cubre
negra como el abismo insondable, doy gracias a los Dioses que pudieran existir
por mi alma invicta.
En las azarosas garras de las circunstancias
nunca me he lamentado ni pestañeado.
Sometido a los golpes del destino
mi cabeza está ensangrentada pero erguida.
Más allá de este lugar de cólera y lágrimas
donde yace el horror de la sombra
la amenaza de los años
me encuentra y me encontrará sin miedo.
No importa cuán estrecho sea el portal
cuán cargada de castigos la sentencia
soy el amo de mi destino
soy el capitán de mi alma.
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