viernes, 14 de mayo de 2010

14 Mayo 2010 Nuevo comienzo

Hoy se abre un nuevo capitulo de Susurros tras varios años en blanco. Con aparentemente más vida, una redescubre que las crisis siguen siendo crisis siempre, se tengan los años que se tengan y se atesore la experiencia que se atesore. Eso si con ciertos destellos de la serenidad que confiere el haber “fabricado” en el tiempo tu propio nucleo y apoyandote en él.

En esta nueva etapa voy a escribir sobre los temas que me inquietan más en esta etapa de mi vida, como la soledad, la incertidumbre a cerca del destino, el propio camino, el amor y la vida.

Pero antes de empezar, permitidme que os reescriba unas lineas, un poema que he encontrado hoy y que me ha impactado, su autor: William Earnest Henley

Mas allá  de la noche que me cubre

negra como el abismo insondable, doy gracias a los Dioses que pudieran existir

por mi alma invicta.

En las azarosas garras de las circunstancias

nunca me he lamentado ni pestañeado.

Sometido a los golpes del destino

mi cabeza está ensangrentada pero erguida.

Más allá de este lugar de cólera y lágrimas

donde yace el horror de la sombra

la amenaza de los años

me encuentra y me encontrará sin miedo.

No importa cuán estrecho sea el portal

cuán cargada de castigos la sentencia

soy el amo de mi destino

soy el capitán de mi alma.

martes, 11 de mayo de 2010

miércoles, diciembre 01, 2004 Sobre la amistad

La amistad es un concepto interesante. Muchos de nosotros afirmaremos sin pensarlo mucho tiempo la cantidad de amigos de los que disponemos. Otros responderán de un modo taciturno aquello de que pueden contarse con los dedos de una mano. Pero yo me pregunto, ¿qué es en realidad la amistad?
La amistad depende en gran modo de las expectativas de cada individuo. Habrá quien gozará de un buen puñado de amigos, por el simple hecho de quedar de vez en cuando para compartir una agradable charla junto con un buen refrigerio, otros constatarán que los amigos son personas vinculadas íntimamente al nuestras vidas, que conocen y comparten pormenores a los que no todos los conocidos tienen acceso. Algunos opinarán que un amigo es alguien que siempre está ahí cuando se le necesita, (que no cuando se le llama), es ese alguien que de algún modo está presente en nuestras vidas tanto en los buenos como en los malos momentos y que, sin tener necesariamente que solucionarnos la papeleta, convierte su simple presencia y apoyo en algo de un valor incalculable...Hay, como vemos, muchos tipos de amistad. Todos ellos son perfectamente válidos.
A lo largo de mi vida, he tenido amigos de todo tipo. Compañeros de actividades, conocidos, personas muy allegadas con las que he podido compartir muchas intimidades... pero todas ellas han gozado de vida en momentos muy concretos y situaciones muy puntuales. Tan sólo un par de todas ellas han sido capaces de sobrevivir en el tiempo y, aunque los ciclos naturales marcan ciertos altibajos, algo en uno mismo sabe con certeza que esas personas siempre estarán ahí.
Pero, ¿qué es lo que marca la diferencia entre unas y otras? ¿qué es lo que hace que nuestra conciencia se relaje y se sienta cómodamente reconfortada ante la simple existencia de alguien a quien probablemente no ves desde hace mucho? Creo que todo eso se puede explicar mediante algo que yo llamaría conexión. La conexión es algo así como la memoria virtual de un montón de recuerdos que reafirman la confianza depositada en un individuo. Hay un dicho que reza: "somos aquello que hemos hecho y seremos todo aquello que estamos haciendo". Según este dicho, yo puedo tener un amigo en el presente, pero nunca podré asegurar que lo sea en un futuro próximo o lejano. No podemos considerar siempre a las personas según los recuerdos o las acciones pasadas. Así como tampoco podemos odiar eternamente a las personas que supuestamente hemos considerado como nuestros "enemigos". La vida cambia de manera constante. Todas las personas merecen una oportunidad y la posibilidad de ser consideradas no en base a los recuerdos, sino al momento presente, al fluir de la vida. Cada día tenemos la oportunidad de ser distintos a lo que fuimos, de corregir nuestras acciones del pasado y de reflexionar sobre lo que hemos hecho o dejado de hacer.
El concepto de la amistad es algo vivo y cambiante, algo que puede estancarse o evolucionar dependiendo de nuestra propia conciencia. Es un regalo maravilloso y también puede ser la más terrible de las agonías. Si, puede serlo, porque depende de nosotros. Cuando nos aferramos a ese pasado que ya no existe, estamos reclamando algo que no podemos recibir y sufrimos. Pero es nuestra responsabilidad, es nuestro propio reto. Aún es posible darse cuenta de que la vida es un fluir constante y que el pasado, en el momento presente, ya no tiene cabida. Solo cuenta el momento presente y lo que hagamos en él. De eso dependerá en gran parte nuestro futuro.
Buenos amigos ha habido siempre y siempre los habrá. Pero es del todo imprescindible entender que la amistad, la verdadera amistad no la elegimos nosotros, simplemente es. No podemos reclamar nada. No debería esperarse nada. Simplemente observar. Podemos tener muchos amigos "en la sombra". Personas que nunca vendrán a reclamar tu reconocimiento, porque lo que ofrecen, lo hacen de corazón, sea mucho o sea poco...
Bajo toda esta reflexión cabe plantearse seriamente si nosotros mismos hemos sido buenos amigos. En lo personal, creo que aún tengo mucho que aprender. Pero me reconforta saber que puedo empezar hoy mismo. Que puede haber un cambio, una ruptura con mis actitudes del pasado. Siempre creí que era buena amiga de mis amigos, pero... la reflexión es algo que nunca deberíamos perder, nos ayuda a rectificar y a convertirnos en mejores personas, sólo así podremos ofrecer de corazón aquello que sentimos. Y en cuanto a recibir, simplemente, hay que estar atentos, libres de prejuicios, de ese modo a veces te llevas grandes e inesperadas sorpresas.

sábado, noviembre 27, 2004 El Ser que te guía

Cuando has respirado aunque sea brevemente el dulce aroma de tu autentico ser, se enciende una pequeña llama que ya no puedes apagar, siempre está contigo alumbrando tu camino tanto en los momentos de luz como en los de oscuridad. Pero es en estos últimos cuando su recuerdo se hace más patente, en los momentos en que olvidas quien eres y cual es la voluntad que te guia. En esos momentos, cuando la confusión te alcanza y la memoria se nubla, aun puedes percibir en medio del caos, esa melodía que te recuerda tu esencia, y que te grita sin voz por donde deberías caminar.

Pero no siempre es un salvavidas. Cuando has perdido el equilibrio entre los recuerdos de tu esencia y la coherencia que rigen tus actos respecto a ellos, estás en guerra. En guerra contigo mismo. Esas librando una batalla interior en la que no puedes luchar, porque no sabes contra quién has de hacerlo. En esa tesitura te sientes confundido, desorientado, clamas a los vientos pues oyes un susurro que acude en tu ayuda, pero no puedes dar con él porque hace ya tiempo olvidaste de seguir sus huellas en la movediza arena, y su rastro se ha perdido. Buscas fuera, a tu alrededor, un reflejo humano en el que mirarte, quizá con las esperanza de que su imagen te recuerde donde se encuentra la tuya propia. Pero hay pocos seres que hoy día conserven intacta su esencia. Cada dia, a cada instante, hay más seres que dejaron de ser ellos mismos para perderse en el abismo de la creencia. Si crees que eres, es que no eres en realidad. No creas pues, solo SÉ.

Creer que eres, creer que sabes, creer que puedes es tan solo un producto de la mente, concebido a través de opiniones externas, comparaciones (siempre odiosas), conclusiones y observaciones aplastantes y todo cuanto te llegue procedente del mundo que te rodea, procedente de los "grandes conocedores". Pero eso seguimos sin ser ni tú ni yo. Recapacita, recuerda, rememora tus momentos de euforia emocional, escucha el mensaje de aquellos instantes en los que fuíste, sin que importara nada más que el mero hecho de estar siendo. Y descubrirás que hay una sutil pero apreciable diferencia entre entre lo que crees que eres porque asi lo cree todo el mundo, que lo que eres, porque tu mismo lo percibiste sin condicionamiento alguno.

Si eso es posible, es posible también aprender a rescatar tu ser, descubrir quien eres a través del recuerdo no-condicionado por la apariencia, por el temor, por el deseo... Sólo si no buscas nada puedes encontrar, porque el mero acto de buscar conlleva una limitación. Buscas algo, así pues tu atención se centra en ese algo, perdiendose el resto de posibilidades. ¿Cómo entonces, podemos hayar en caso de estar equivocados? Aunque tuvieramos la certeza de querer encontrar una rosa en un jardin por su aroma... qué derroche olfativo supondría rechazar el aroma dulce del azahar.

martes, noviembre 23, 2004 Recordando la fuerza oculta

Continuando con la goma de borrar en mano, es preciso matizar el hecho de lo que desdibujarse en si significa. Cuando llevas toda una vida conviviendo contigo mismo, puedes apreciar como en lo tocante a la personalidad, o te defines o te dejas definir. A buen seguro todos hemos podido observar en alguna ocasión que somos personas distintas en función de quién tenemos delante, no nos comportamos del mismo modo con los padres, en el trabajo o cuando estamos de fiesta con los amigos. También somos disintas personas ante situaciones diferentes. La cuestión es que somos todos esos yoes y ninguno al mismo tiempo. Como descubrir en esa tesitura quienes somos realmente?
Cuando guardo silencio, miles de imagenes pasan por mi mente, muchas de ellas son recuerdos grabados a piedra y fuego. Momentos que marcaron una directriz importante en mi vida o dejaron patente el modo en el que una persona puede sobrepasar sus propios límites. Esos recuerdos me recuerdan que cosas tienen sentido en mi vida, que cosas me hicieron sentir viva, por qué cosas me mereció la pena luchar y sacrificarme, momentos de superación, de enfrentarse a miedos desconocidos, asumir riesgos... pero a veces olvidamos todo eso y nos consumimos en el papel que los "grandes conocedores " se hacen de nosotros aprovechando el mas minimo descuido. Desde luego es responsabilidad nuestra proteger la imagen que tenemos de nosotros mismos, cuidarla, respetarla, porque en nuestra relación con el mundo, las palabras tienen muy poco valor y nuestros actos son la unica ventana al mundo válida para nuestro autentico ser. Así que juzgando un poco incluso mis propias palabras, debería ser consecuente y matizar que la imagen que los demás se forman de nosotros es en gran medida debida a lo que nosotros reflejamos a través de nuestras acciones. Y esas acciones son importantes porque cuando hablamos de nosotros mismos la energía de esos recuerdos de momentos de superación se evapora como lagrimas al sol. Por eso creo que hay que ser muy cuidadoso con los recuerdos, dejarlos estar, recordarlos simplemente y conservarlos celosamente como nuestro pequeño tesoro, como la fuente de la que podemos beber en momentos de sequía... si queremos hablar de nosotros mismos deberíamos ser conscientes de que una imagen vale más que mil palabras y de que una acción refleja más que mil imagenes.

miércoles, diciembre 01, 2004 Expresandome... ( I )

Como el cimiento que se derrumba ante el seísmo, pasan mis días presentes, anegados en recuerdos que hasta la memoria olvida. Siento el paso del tiempo en un flujo extraño, y oculto mi sentir al mundo que me rodea. No hay lenguaje, ni código que pueda descifrar mis mas profundos sentimientos y, aun así naufrago por esta vida al encuentro de un remanso. No es que confíen mis maltrechas emociones en dar con el cobijo que merecen, pero es la única fuerza que me mueve a seguir flotando en las oscuras aguas de las que procedo. Acepto mi solitario destino. Mi azarosa procedencia me ubico en tierras ajenas y, rememorando tiempos en los que fui libre, camino a través del recuerdo del pasado. No obstante, en mi desdicha, en mi afligido paso y en el rubor de mi inocencia, las olas de mis emociones se tornan calmas. De regreso a tierras conocidas, de fragancias que despiertan mi anhelo, enciendo la llama de la esperanza y grito al viento que aun estoy viva y que no he de rendirme, aún temerosa del propio significado de mis palabras.
De vuelta al mundo y envuelta en el, he dado con la clave de mis frustraciones, aquellas que no permiten que sueñe despierta, y cierran las puertas de la prisión que encierra mi ser, pobre incomprendido. Acaso no he de olvidar quien soy y de donde procedo para poder acceder a la humanidad? No fui yo misma quien se encerró en el oscuro mundo de la incomprensión? Acaso no grité en el lejano día de mi juicio “no podeís entenderme”? Que pretendes, alma sin rumbo al proclamarte dueña de la razón que no posees? Indaga en tu interior y busca el recuerdo del enigma que te asola, pues tu misma renunciaste a alcanza la clave. No es el mundo quien te aleja sino tú quien te alejas del mundo. Y en la triste desdicha de tu silencioso llanto, encuentra la sonrisa que abre todas las puertas, pues quien se ríe de si mismo alberga el universo en sus brazos.